El sábado 10 de diciembre, la Fraternidad Diaconal de la Archidiócesis de Madrid pudo disfrutar de esas caricias que el Señor nos hace por pura misericordia y amor.
Nuestro hermano Orlando Ojeda, diácono permanente, nos predicó el Retiro de Adviento de este año centrado en la Esperanza. Sobre todo, la esperanza de un Dios que no ceja, que no descansa, que no tira la toalla y sigue saliendo a buscar al hombre. Si nosotros tenemos esperanza es porque Dios la ha tenido primero, es más, la tiene desde siempre, y para siempre, con cada uno de nosotros. El Dios que vino en la carne y que volverá a venir en la Parusía sigue viniendo a nuestras vidas en el hoy, en el ahora: en la Eucaristía, en los sacramentos, en los necesitados, cuando dos o más nos reunimos en su nombre…
El retiro tuvo un rato de Adoración al Santísimo y finalizó con la Eucaristía. Durante toda la mañana se nos invitó a fijar los ojos en Aquel que es nuestra esperanza y la esperanza de un mundo que camina a tientas en medio de la noche pero que anhela la llegada de la aurora.
“Nosotros amamos a Dios, porque él nos amó primero” (1 Jn 4,19)
Roberto Gómez, aspirante.
