Palabras pronunciadas por Mercedes Olivas en el funeral de su marido el diácono José Luis Gómez Toledo el 7 de octubre de 2019 en la parroquia de Santa Catalina de Alejandría.
Doy gracias a Dios Padre todopoderoso que con gran amor a cuidado a José Luis en estos 68 años de vida, durante estos años, su vida ha sido un camino de búsqueda, servicio, generosidad y lucha.
Os voy a leer unas palabras de José Luis, que creo que definen su vida:
“Mi corazón y mi alma se estremecen cuando desde mi pequeñez, desde mi grisura, desde mi mediocridad, me paro a meditar, casi siempre en la oración, a quién represento, en nombre de quien actúo. Me consuela la confianza y la certeza de que, Él es fiel y grande, y qué Él suple lo mucho, que falta en mí”.
De esos años, 50 hemos estado juntos, y os digo que tengo el alma partida y una parte de mi vida se ha ido con él, pero solo puedo seguir dando gracias a Dios, porque nos llamó para un proyecto de vida y no nos dejó nunca de su mano, nuestra vida ha sido muy intensa, rica, generosa, otras veces un poco loca, con dudas, pero gracias a Dios, ha sido una vida llena de dificultades, y plena porque Dios estaba en medio de nosotros.
José Luis ha vivido con gran intensidad, generosidad, servicio como Marido. Padre y
Abuelo, ha tenido una vida fructífera, 3 hijos, que eran sus niños del alma, amándolos locamente y estando pendiente de ellos, 6 nietos que los quería muchísimo y eran su alegría.
Su diaconía la vivió en todas las facetas de su vida, con una alegría inmensa, estado siempre al servicio de quien le necesitará y comunicándolo a toda persona que conocía.
Gracias a mis hijos que han sido nuestro apoyo en estos 4 meses, han sido nuestra fuerza para seguir adelante, gracias por ser como sois.
Gracias a mi familia por haber estado ahí
Gracias a todos los que habéis estado rezando por osé Luis, gracias a todos l
os que estáis aquí y a los que no han podido venir.
Gracias al Sr. Obispo D. Juan Antonio Martínez Camino por estar aquí. Gracias al Sr. Vicario D. Juan Carlos.
Gracias al resto de los sacerdotes por estar aquí.
José Luis estarás muy contento porque hoy es Nuestra Señora del Rosario, tú como niño mimado de la Virgen lo estarás disfrutando, gracias María, Madre nuestra, por todo el amor que has dado a José Luis y anuestra familia.
Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza. Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome de mis flaquezas, para que habite en mi la fuerza de Cristo.